Dejame acariciarte.

 

Déjame acariciarte

con mis palabras.

Deja que tus oídos

escuchen la voz

de mi alma.

Deja que el camino

que llega a tu corazón

 sigamos el camino juntos.

 

Deja que mi alma

te abrace con la ternura

de un niño.

Deja que mis labios

besen la geografía

de tu ser.

Deja que mis manos

acaricien con ternura

toda tu piel.

que es, la forma

más divina de oración

creada por Dios.

¿Y si hay? una herida

en tu corazón déjame sanarla

con la fuerza de mi plegaria.

Déjame anidar en ti

para fundirnos en un

solo ser ¡hasta el final!

 Elías Villalobos Saile.


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