Te miro callada sin luz en la mirada
Te miro como una sombra que no contiene nada
Te miro tan distante, como mi lejana infancia
Hemos caminado tanto tiempo junto
Que Hemos dejado parte de nuestro
ser en el alguna parte
Ya no somos quien fuimos
Y lo que somos ya no nos apasiona
Somos dos costumbres que se consumen
En la hoguera del tiempo
Te miro y ya no descubro
Aquel ser que me iluminaba
Aquel ser que me inspiraba
Quizá tú también ya no encuentres,
a la persona
Que deseabas encontrar.
Somos dos arboles que se aferraron
En sus raíces y troncos, que unidos
Limitaron su expresión
Si, hemos resistido el paso del tiempo
Pero, las flores y los frutos que alguna vez
Adornaron nuestra estancia
Se han marchitado.

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